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MARIO DELGADO VASQUEZ

El vientre fecundo del teatro peruano o La madre de los libros.

Publicado: 2024-03-05
Conocí a Mario Delgado, director y fundador del grupo Cuatrotablas, a mediados de 1986 cuando yo tenía 22 años y era un atrevido estudiante de teatro en la Escuela Nacional de Arte Dramático. Mi profesor de actuación era Edgard Guillén, él nos presentó. El primer recuerdo que tengo de Mario es su gran simpatía, sus pobladas cejas, su ronca voz engolada acompañaba a una excelente dicción. Sin embargo, nunca destacó como actor. Mario era un líder nato. Ya como pupilo suyo comprobé su poder de convocatoria, constructor de caminos, fabricante y realizador de sueños, pero sobre todo, un pedagogo: "El actor tiene que saber qué está haciendo en escena. Cómo está su respiración, a dónde mira, si su peso corporal está en la planta de los dos pies o solo en uno. Si tiene un dolor físico cómo lo asume el personaje ", un científico del arte teatral. El texto "La madre de los libros", Mario lo publicó en su perfil del Facebook 4 de abril del 2016, exactamente seis meses antes de convertirse en luz. Un crack.
La madre de los Libros

¿Por qué yo tendría que escribir un libro? Me pregunto y me pregunto y me respondo de mil maneras. No acierto ninguna. Quizás la única respuesta y la más sincera hasta ahora es la que escuché de un colega, refiriéndose al libro de otro. Para eternizarnos, nos dijo.

mario delgado en "oye" 1972

No he sembrado un árbol, a lo más dos perras muy queridas, Flora y Bella, madre e hija, debajo de uno -debo recordar el nombre- en la casa que ahora es un bello edificio, y en el cual viven dos amigas, por lo menos en la casa de Barranco, en la de 28 de julio, la propia, detrás de la Biblioteca Municipal, no en la alquilada, la de Junín 430, esa casa, ahí sigue, frente al Malecón, como monumento incólume a la persistencia.

lalo torrejon, de la 5ta. generacion, en la puerta de la mítica casa de barranco, junín 430.

Como no nací negociante y emprendedor, si no artista. La emprendí la empresa con el arte teatral y el absurdo: el laboratorio. No hice un buen negocio. Tampoco he tenido un hijo, pues los avatares de este mundo me lo impidieron, y supongo mi innato egoísmo personal, aunque al final de la vida me alegro, pues nada es gratuito. Cuánto hubiéramos sufrido ambos, no quiero ni pensarlo.

Éste será pues un libro sobre el hijo que no se pudo tener, o el matrimonio que jamás deseé, o sobre la pareja que nunca se consolidó, los negocios que no se emprendieron, sobre los viajes que no realicé, y los personajes que nunca fui. Será un libro que espero profundamente divertido y ameno, pues de acuerdo a la información profunda que dé, sobre las anécdotas, eso se puede lograr. Ameno y divertido. O quizás sea muy trágico, cuando les cuente lo que me tocó vivir, al lado de gente muy joven y entrañable, que decidió irse muy temprano. Ah, porque nadie se la crea, yo pienso que no nos morimos, nadie se muere, uno lo decide, aunque muchas veces, la mayoría ni se dé cuenta. Uno se cansa y basta, se va al encuentro de un aneurisma que es lo más trágico, o busca la muerte desesperadamente porque ya se cansó de ir contra corriente, en un mundo que cada vez nos exige ser lo más derecho posible. Y uno se encuentra con la máquina perfecta que de pronto se cruza en nuestro camino y uno iba así, tan distraído.

mario y el mundo. aquí con los hermanos/compañeros de "la rueca" de méxico. debe ser 1987

Cada vez tenemos más tarea, pues cómo uno ama profundamente a sus amigos que se van y se compromete con sus búsquedas, inquietudes y afanes, uno se siente obligado a llevarlo en sus recuerdos y en sus acciones. Y que sus sueños se cumplan. Sobre todo, que se realicen. Ya está claro que no soporto los velorios, los entierros, es decir toda esa parafernalia mortuoria que no nos hace más eternos, sino, parte del anecdotario nacional limeño, de cuatro gatos que somos.

Me dije: ¿por qué yo tengo que escribir un libro? o varios, o una guía para saber los que tendré que escribir en la siguiente década, porque ahora que escribía estas líneas, me di cuenta de que éstos escritos son sólo una guía para la vida, para mí, para recordarme todos mis parajes, que son muchos.

También hoy día cuando salí un rato de casa para comprar algo para comer esta noche y tomar un buen desayuno mañana, pensé por primera vez sin egoísmos, en todas las personas y generaciones, que me enseñaron de la vida y de cómo, aprendí de ellos, incluso de los más ladinos. No sé si me recordaré a todos; pero sí estoy seguro que me recordaré a aquellos que tejieron sus vidas con la mía.


Escrito por

José Infante

Actor, Director, Productor, Gestor Cultural. Dorislovers y papá de Ana Belén, Killa y Trilce


Publicado en

MESTIZO

Proyectos y producciones vinculados a las artes escénicas, la educción y los derechos humanos